Una sola Guajira, por las regalías



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Miércoles, 10 de Noviembre de 2010 22:01
La unidad y solidaridad demostrada por el pueblo guajiro, el pasado martes, pone en evidencia lo importante y vital que son las regalías para esta región, donde todo se mueve gracias a los recursos provenientes de la explotación del carbón, el gas natural y la sal.
Más de 4 mil personas, con el Gobernador y algunos alcaldes a la cabeza, expresaron su rechazo a la reforma del gobierno de Juan Manuel Santos, que viene orquestando su comparsa en el Congreso, para llevarse los recursos, con los cuales los departamentos más pobres han venido construyendo sus obras, ante el abandono total a que los han sometido todos los presidentes que ha tenido este país.

La gente exige que las regalías deben ser manejadas de acuerdo a lo establecido por la Constitución. Los ciudadanos no ven claro cómo el Estado central pretende tapar el profundo hueco fiscal, a expensas del subdesarrollo de las regiones productoras.

Los manifestantes rechazaron la corrupción, la falta de planeación y el desvío de los recursos de regalías. Todos reconocen que a las regalías no se les ha dado el mejor manejo, eso no se puede ocultar, pero tampoco puede convertirse en figura, para satanizar a las regiones, que hasta hoy, han equivocado la inversión. Se debe corregir, pero no se puede dejar a estos pueblos sin recursos para invertir en el mejoramiento social.

Ha sido tanto el abandono, que prácticamente en departamentos como La Guajira nada existía. Solo se podían mencionar las obras del general Gustavo Rojas Pinilla, y pare de contar. Lo que tiene la Península en estos momentos es gracias a las regalías. En algunos proyectos el Gobierno Central ha cofinanciado. Por eso, no se puede pensar que estos dineros pasen a un fondo, en donde se presenten los proyectos para poder ejecutar las obras, porque esto sería la debacle para regiones como la nuestra, en donde no existen ingresos corrientes y el único gran soporte lo constituyen las regalías.

Cada habitante de esta región rechaza las pretensiones del Gobierno Central, pero también piden reflexionar frente al uso de estos recursos. A futuro los gobernantes deben pensar seriamente en que la inversión debe ser fruto de un estudio, de valoraciones serias, y no para complacer y ayudar a un amigo o, en su defecto, pagar los favores de las campañas políticas.

Muchos de los que marcharon ayer lo hicieron por la solidaridad con la región, pero también rechazaron la corrupción que ha imperado en las distintas administraciones, en donde el despilfarro ha impedido que podamos ser más, que la gente goce de una mejor calidad de vida, que los niños reciban oportunamente los subsidios alimentarios, que los padres puedan tener facilidad para un empleo digno y no las humillantes órdenes de servicio, con las que ponen a trabajar a la gente todo un año, para pagarle cuatro o seis meses.

Llegó la hora para reflexionar. Si es cierto que debemos rechazar las pretensiones del presidente Santos, quien acompañado de nuestros coterráneos, el ministro de Minas y Energía, Carlos Rodado Noriega, y el presidente del Senado, Armando Benedetti, quieren que a los grandes departamentos les den lo poco que están recibiendo las pobres, maltratadas y olvidadas regiones de la periferia, es el momento para hacer un alto en el camino, en donde no se les den más oportunidades a quienes han sido deshonestos con su Departamento.

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